jueves, 27 de marzo de 2008

LA IMPORTANCIA DEL AGUA EN LA RENTABILIDAD GANADERA

Después del aire, el agua es el insumo más indispensable para la producción ganadera. Por ser un producto generalmente abundante en los predios ganaderos es, quizás por esto mismo, despreciado.

Normalmente nos olvidamos que la composición corporal del bovino tiene más de un 50% de agua y que hay tejidos que tienen el 90% de agua; que la leche de los terneros tiene más del 85% de agua; que la gestación es un proceso que demanda cantidades extras de agua en la alimentación de la vaca preñada; que el crecimiento del ternero y, por lo tanto su ganancia de peso, es función directa del suministro de agua; que el organismo animal puede perder 100% de su grasa y sobrevivir; que puede perder el 50% de sus proteínas y sobrevive, pero si pierde 10% de su agua, se muere (Maynard et al. 1979). Además, es olvidado con frecuencia, que no es suficiente tener agua en las pasturas, sino que es necesario que la forma como se les ofrece el agua a los animales, es igualmente importante, porque los problemas de jerarquía social, pueden determinar un acceso limitado de los subordinados al agua.

IMPORTANCIA DE LAS RAZAS CRIOLLAS





El ganado criollo colombiano, para las condiciones restrictivas del trópico, posee índices apropiados de crecimiento, reproducción, supervivencia; que por sus características de rusticidad, tolerancia al calor, resistencia a ectoparásitos, gran habilidad de combinación, producción de heterosis en cruzamiento con CEBÚ Y RAZAS DE ORIGEN EUROPEO, es el complemento apropiado para proveer una producción eficiente, flexible, sostenible y competitiva en las explotaciones pecuarias existentes en el amplio rango de agro ecosistemas de trópico cálido.
En el uso del cruzamiento ha sido demostrado el efecto benéfico por muchos productores de ganaderías comerciales, que han entendido los beneficios biológicos y económicos de la heterosis y de la complementación de las debilidades y fortalezas de las diferentes razas. La persistencia de criterios empíricos y subjetivos de clasificación de animales vivos y de calidad de la carne, que desfavorecen la comercialización de los animales criollos y sus mestizos, ha desestimulado el desarrollo o incremento de planes de cruzamiento con la utilización de las razas criollas.
En comparación con el ganado Cebú, el más abundante en el país, las razas criollas tienen hasta 5 años más de vida reproductiva, la edad del primer parto es de hasta 6 meses menos y el intervalo entre partos es en promedio 70 días más corto. Por tener más de 500 años de presencia en el país, las razas criollas han demostrado una alta capacidad de adaptación a las condiciones agroecológicas de trópico, esto les permite producir carne, leche y trabajo en condiciones de estrés alimenticio.



ROMOSINUANO



BLANCO OREJINEGRO


SAN MARTINERO




miércoles, 26 de marzo de 2008

HISTORIA DE LA GANADERIA


Desde sus orígenes hasta 1963 .La ganadería colombiana es un hecho contundente en la realidad económica y social del país. Reconstruir sus orígenes se inscribe más, por lo tanto, en el ejercicio aventura de la novela histórica a partir del desembarco de los huestes conquistadores en el siglo XV.
Es necesario entonces, echar mano aquí y allá de referencias que aparecen esporádicas y "TEXT-JUSTIFY: inter-ideograph; TEXT-ALIGN: justify"> En cuanto a la ganadería colombiana se refiere, habría que parodiar el libro de la creación para afirmar que en principio era la nada. En efecto nuestros antepasados indígenas no conocían el “ganado mayor” el animal el cual tuvieron que enfrentar fue quizás el venado, la danta y el tapir, ninguno de ellos domesticable si no objetivo de caza para proveer alimento y pieles.
Esta es, quizás una de las razones del atraso frente a otras culturas, la domesticación de animales fue uno de los grandes avances tecnológicos de la humanidad, en la medida en que la caza era la principal actividad del hombre prehistórico y, por lo tanto, el tener el alimento asegurado y a la mano, le permitió ir explorando otros campos de actividad.
El ejemplo más cercano está asociado a la presencia de los camélidos andinos en el imperio Inca, en lo que hoy es Perú, Bolivia y Argentina.
Los Incas, que alcanzaron niveles de desarrollo muy superiores al de los chibchas y demás tribus precolombinas, utilizaban intensamente la llama y la alpaca como bestia de carga y de transporte, como proveedor de lana para su industria textil y como animal de carne, la cual comían con gran apetencia. Durante las guerras, las llevaban en lotes al frente para sacrificarlas medida que necesitaban su carne para alimentar la tropa. Era y es a la vez, jumento, oveja y res de matadero, además de animal ceremonial, pues en las fiestas religiosas inmolaban varios cientos de ellas en los templos del imperio, así pues, si nos hemos imaginado el gran susto que se llevaron nuestros aborígenes cuando se toparon con el caballo al que imaginaron como un solo y enorme animal integrado al jinete que lo montaba, cuál no sería su sorpresa cuando desembarcó el primer contingente de importación de vacunos, en los que hoy es Santa Marta, con su andar pesado y sus mugidos profundos, cuál mitológicos y amenazantes minotauros.