miércoles, 26 de marzo de 2008

HISTORIA DE LA GANADERIA


Desde sus orígenes hasta 1963 .La ganadería colombiana es un hecho contundente en la realidad económica y social del país. Reconstruir sus orígenes se inscribe más, por lo tanto, en el ejercicio aventura de la novela histórica a partir del desembarco de los huestes conquistadores en el siglo XV.
Es necesario entonces, echar mano aquí y allá de referencias que aparecen esporádicas y "TEXT-JUSTIFY: inter-ideograph; TEXT-ALIGN: justify"> En cuanto a la ganadería colombiana se refiere, habría que parodiar el libro de la creación para afirmar que en principio era la nada. En efecto nuestros antepasados indígenas no conocían el “ganado mayor” el animal el cual tuvieron que enfrentar fue quizás el venado, la danta y el tapir, ninguno de ellos domesticable si no objetivo de caza para proveer alimento y pieles.
Esta es, quizás una de las razones del atraso frente a otras culturas, la domesticación de animales fue uno de los grandes avances tecnológicos de la humanidad, en la medida en que la caza era la principal actividad del hombre prehistórico y, por lo tanto, el tener el alimento asegurado y a la mano, le permitió ir explorando otros campos de actividad.
El ejemplo más cercano está asociado a la presencia de los camélidos andinos en el imperio Inca, en lo que hoy es Perú, Bolivia y Argentina.
Los Incas, que alcanzaron niveles de desarrollo muy superiores al de los chibchas y demás tribus precolombinas, utilizaban intensamente la llama y la alpaca como bestia de carga y de transporte, como proveedor de lana para su industria textil y como animal de carne, la cual comían con gran apetencia. Durante las guerras, las llevaban en lotes al frente para sacrificarlas medida que necesitaban su carne para alimentar la tropa. Era y es a la vez, jumento, oveja y res de matadero, además de animal ceremonial, pues en las fiestas religiosas inmolaban varios cientos de ellas en los templos del imperio, así pues, si nos hemos imaginado el gran susto que se llevaron nuestros aborígenes cuando se toparon con el caballo al que imaginaron como un solo y enorme animal integrado al jinete que lo montaba, cuál no sería su sorpresa cuando desembarcó el primer contingente de importación de vacunos, en los que hoy es Santa Marta, con su andar pesado y sus mugidos profundos, cuál mitológicos y amenazantes minotauros.